Como parte de sus esfuerzos por desarrollar materiales que se adapten a los cambios legislativos que afectan a la Industria del Plástico, AIMPLAS, Instituto Tecnológico del Plástico, trabaja en nuevos envases monouso a partir de bioplásticos derivados de algas o almidón que sean aceptados por la Ley 7/2022 de residuos y suelos contaminados para una economía circular, que integra la directiva europea para Single Use Plastic (SUP).
A través del proyecto OCEÁNIDE, financiado por la Agencia Valenciana de la Innovación (AVI), el centro está trabajando en nuevos envases aceptados por la nueva legislación y exentos del nuevo impuesto al plástico de un solo uso que recientemente entró en vigor en Europa.
Nuevos desarrollos con polímeros naturales
Las nuevas formulaciones con polímeros naturales, destaca el instituto, pueden emplearse en equipos de inyección para fabricar tarrinas para helados, embutidos untables y quesos para su uso en heladerías y charcuterías.
En concreto, a partir de estos polímeros naturales, en muchos casos subproductos de diferentes industrias, se producirán por tecnologías convencionales, como el moldeo por inyección, tarrinas para helados, embutidos untables y quesos para su uso en heladerías y charcuterías.
Sobre esta estrategia, Nuria López, investigadora de Packaging de AIMPLAS y líder del proyecto, ha explicado que “los envases plásticos de un solo uso como los que se emplean en heladerías o charcuterías son susceptibles de la legislación SUP, en la que se prohíbe el uso de envases fabricados con materiales plásticos, independiente de cuál sea su naturaleza o fin de vida. La alternativa de usar polímeros naturales, modificados físicamente, gana terreno en estas aplicaciones. Son aceptados por la directiva SUP y no se incluyen en el pago de impuestos, ya que no son considerados plásticos por la legislación”.
En ese sentido, el uso de bioplásticos en envases monouso, no sólo asegura la reducción del uso de plástico convencional, ya que provienen de fuentes renovables, y, además, permiten reducir la generación de residuos, ya que son fácilmente degradables, sino que también facilita que las empresas puedan adaptarse a las nuevas demandas de la sociedad y las nuevas demandas legislativas.
En el proyecto OCEÁNIDE se combinan polímeros naturales de diferente origen que proporcionen una gran variedad de opciones fácilmente industrializables para heladerías y charcuterías.
Fuente: Ambiente Plástico