En estas últimas semanas se ha vuelto más intensa la discusión sobre el uso de plásticos en la vida diaria, plásticos de todo tipo y en toda situación, como por ejemplo los sorbetes para bebidas.
Planteos, propuestas, argumentaciones, todo en pos de ir, progresivamente, eliminando el uso indiscriminado de plásticos en nuestra vida.
Por otro lado leemos y compartimos novedades acerca del avance en campos como la medicina, la industria automotriz y la alimenticia, acerca de suplementos y nuevas aplicaciones que elementos a base de plásticos contribuyen a lograr.
Cómo siempre dos extremos, dos situaciones, que nos llevan a una oportuna conclusión: No se puede vivir sin plásticos. Están presentes y lo seguirán estando por varios años más, reformulados, aliados con otras sustancias o solos, pero aquí están. Y si bien podemos encontrar alternativas en otros materiales para disminuir su uso, el pensar en su total destierro es una utopía.
La variable no radica en su eliminación sino en un uso consciente, algo que en países desarrollados ya se ha transformado en un hábito pero que en nuestro país aún sigue en pañales.
Todos juntos, cada uno desde su lugar, por más pequeño que este parezca, debemos hacer un uso racional del plástico y adquirir la cultura propia del reciclado.
Nuestros productos, incluso, son de utilidad en varias industrias sobre todo por su duración y resistencia, su uso es casi imprescindible. Pero el hecho de trabajar con plásticos no implica que no seamos conscientes. Por eso desarrollamos políticas de reciclado y brindamos servicio de reciclado a los clientes recibiendo sus cajones en desuso.
No, no podemos vivir sin plásticos, y esto va a ser así por varios años, pero sí podemos afianzar una cultura que contribuya a disminuir su impacto en el medio ambiente, hacia allí debemos dirigirnos, así allí vamos desde PlastiCont y desde aquí ofrecemos nuestra ayuda a clientes y amigos.
Fuente: Editorial Plasti-Cont