Madera plástica a partir de desechos agrícolas

Los estados del sureste mexicano: Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo, generan en conjunto cerca de 10 millones de toneladas anuales de residuos agrícolas, entre ellos, de plátano, maíz, palma de aceite y caña de azúcar, por lo que el Centro de Innovación Tecnológica (CIT), del Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY), aprovechará estos desechos para producir madera plástica.

Pero no sólo se reutilizarán los residuos agrícolas, pues en la región cada año también se generan 250.000 toneladas de desechos plásticos provenientes de la industrialización de productos agrícolas, según explica Javier Guillén Mallette, ingeniero de desarrollo del CIT.

Hasta ahora el Centro de Innovación Tecnológica ha realizado diversas investigaciones y desarrollos tecnológicos de materiales plásticos con aserrín de pino, fibras y residuos del henequén, coco y agave tequilana, para producir maderas plásticas y también otros productos como tableros aglomerados y artículos de cocina; y se ha experimentado con los residuos lignocelulósicos más comunes y disponibles como el aserrín de madera, generalmente de pino, aunque también existen otras especies vegetales maderables en mucho menor medida.

«Tenemos abundantes cantidades de residuos vegetales, fibras naturales y residuos plásticos que con los tratamientos adecuados y la inclusión de los aditivos necesarios, los materiales compuestos resultantes podrán procesarse en equipos especializados y obtener productos con propiedades específicas que demanda el mercado», asegura el investigador.

Javier Guillén Mallette considera que esta es una oportunidad para industrializar el sureste mexicano, que es una de las regiones de menor desarrollo en el país, y esto representaría una oportunidad para integrarse en la cadena automotriz y de la construcción mediante una alternativa sustentable como es la madera plástica.

El equipo de investigación ha desarrollado un proceso con el cual primero se seleccionan y limpian los plásticos de desecho, para luego procesarlos en una línea de extrusión y obtener cordones que después se cortan en forma de pellets. En este punto éstos ya pueden ser vendidos a empresas procesadoras de plásticos, pues puede reducir los costos de producción al ser un material reciclado y no virgen.

Por otro lado, estos mismo pellets se pueden aprovechar para fabricar productos de madera plástica como tableros, puertas, pisos interiores y asientos para automóviles, perfiles para pisos, cimbras de concretos, pisos de viviendas y soportes de techumbres, muebles, etcétera.

Las ventajas de esta tecnología son muchas, pues al ser un material que contiene plástico se puede procesar con las técnicas comunes de procesamiento de plásticos y tiene mayor resistencia al agua, a las termitas y a la radiación ultravioleta, es anticorrosiva y, además, se comporta como madera por lo que se puede cortar, clavar, atornillar, ensamblar, taladrar, lijar y darle cualquier acabado, si efectivamente tiene un alto contenido de fibra; de lo contrario, esto se reduce y se comporta más como un material plástico.

Sólo hace falta, dice el investigador, lograr una relación costo-beneficio positiva para los empresarios en términos de la mayor rentabilidad económica y tecnológica posibles, así que el equipo de investigación está en busca de perfeccionar esta tecnología y hacerla rentable.

Fuente: Plástico.com